"Cuando uno viaja, siente de una manera muy práctica el acto de renacer. Se está frente a situaciones nuevas, el dia pasa más lentamente y la mayoría de las veces no se comprende ni el idioma que hablan las personas. Exactamente como una criatura que acaba de salir del vientre materno. Con esto, se concede muchas más importancia a las cosas que nos rodean, porque de ellas depende nuestra propia supervivencia. Uno pasa a ser más accesible a las personas, porque ellas podrán ayudarnos en situaciones difíciles. Y recibe con gran alegría cualquier pequeño favor de los dioses, como si eso fuese un episodio para ser recordado el resto de la vida.
Al mismo tiempo, como todas estas cosas son para nosotros una novedad, uno ve en ellas solamente lo bello y se siente más feliz por estar vivo..." (Paulo Coelho)

sábado, 17 de septiembre de 2011

"Bendita locura"

Sobre la cama, medio tapado y atontado por las horas de la falta de sueño escribo para no perder la práctica y sobretodo para encontrar algo de orden en mi cabeza que vuelve, gira y se retuerce sobre mil y una historias que me rondan y me intranquilizan porque no tengo la respuesta adecuada o ni siquiera tengo respuesta. Acabo de dejar a Coline en el trabajo y tengo todo el resto del día para mí, la casa para mí. Estoy solo y decido escribir para quien quiera leer, sin objetivos y para nadie, solo por el placer de decir lo que me da la gana, escribir sin leer lo escrito, simplemente hablar o vomitar palabras como lágrimas de dolor. Estoy lejos, muy lejos, ya no se de dónde porque e perdido la nacionalidad y las raíces, no conozco ya bandera ni soy hijo de nadie. Estoy al otro lado del mundo y oigo las voces de mi país de origen, oigo que la gente lucha por algo y sin evitarlo busco información y acción entre las personas que mas conozco y veo que sus vidas están untadas de aceite impermeable, como si vivieran en otro país y entonces no se si soy yo o son ellos los que están lejos, y pienso en la palabra crecer y me vienen otras palabras conexas: progreso, consumismo, madurar, adquisición, edad, perdición… son inconexas entre sí, pero todas forman parte del crecimiento, no mío ni de nadie en particular, de la humanidad, de mis amigos y de los que aún no conozco, y pienso y me enfado porque me siento impotente y feliz; impotente porque no puedo transmitir la felicidad mientras los demás se regocijan en la satisfacción, un helado colorido y dulce que se deshace más rápido de lo que creíamos, no puedes protegerlo del sol, el tiempo es más caluroso y poderoso que uno mismo. Somos 60 ó 80 años de vida y nos creemos parte de 35 millones de historia, somos cagarrutas de pájaro salidas de un culo caliente que se desparraman sobre la tierra y se secan antes de que nos demos cuenta de la mierda que somos. Seres egoístas y destruidos con informaciones falsas, educaciones hipócritas y culturas retrógradas. No es culpa de nadie, dicen. Lo peor de todo es que lo sabemos pero nos envolvemos con sutileza en ese manto hipócrita que aunque sea falso y de papel, es siempre más fácil cubrirse el rostro que ver y tener la tentación de hacer algo, preferimos esperar a que otros se quiten el manto y lo hagan por nosotros, alguien menos cobarde y preparado, igual Jesucristo o Buda o el presidente de los Estados Unidos… Nos pasamos la vida pasando la vida, y nos morimos vacíos y rodeados de cosas que se mueren como nosotros y creo que en ese momento algunos se dan cuenta que rodearse de cosas es solo y sencillamente eso, “rodearse”… dar vueltas sobre algo sin llegar nunca a cogerlo, sin entrar o absorber y respirar la esencia de lo que en realidad es, en vez de intentar comprenderlo, nos quedamos en la superficie que no es tan satisfactoria, pero por lo menos nos sentimos más tranquilos y menos pesados y jugamos a ser el perro que gira y gira sin llegar nunca a morderse el rabo.

Nos emborrachamos, nos drogamos, nos vamos de compras, vemos fútbol, un coche nuevo, un polvo el sábado, un cigarro, un porro, una raya, una mujer, hijos… lo que sea para no sentirnos solos, para no dejarnos a nosotros mismos con nosotros mismos y sentarse en la misma silla con ese ser vacío que somos, embotar la mente con los logros de futbolistas que consiguen cosas en vez de conseguirlas por nosotros mismos. Es mas poderoso un gol que un domingo con gente que no conocemos, lo sentimos nuestro para no sentirnos tan mal a la hora de cerrar los ojos para echarse a dormir y darnos cuenta sin querer, que los días pasan pesados y a ninguna parte.

Nos sorprendemos de que la gente se vuele la cabeza, se tire a un pozo o países se declaren en estado de guerra… Construyamos edificios más altos que nosotros haber si así podemos sentirnos más grandes de lo que en realidad somos, llenémoslos de oros y otras piedras preciosas que no tienen más valor que el que nosotros le damos, comamos ostras que no nos gustan y son caras y gelatinosas, y digamos al mundo que hemos comido ostras que sabían a mar y mocos mientras otros excavan, y mueren en el intento de su propio agujero en busca de un pedazo de pan duro. Vivimos en la misma calle, pero evitamos el contacto para que las ostras de mocos no nos sepan tan mal.

No entendemos como hay putas que vendan sus órganos a viejos sucios y degenerados, es indignante! Es mejor venderse a un jefe y aun gobierno que nos roba, trabajar como un hijoputa y sin embargo sonreímos sus chorradas y callamos, porque sabemos que hablar causa desempleo, y el desempleo no nos dejaría ver fútbol, ni emborracharnos, ni comprar abrigos de temporada, ni comer ostras caras y viscosas. Ojala fuéramos todos putas que consiguen las cosas con su propio coño y sudor, así por lo menos venderemos nuestro cuerpo y no nuestra alma.

No se si creer en Dios o si Dios creerá en nosotros, pero pido a todos los seres superiores que hagan algo con estos seres (humanos) mitad animal, mitad dioses, algo y pronto, que bombardee todos los templos y Mcdonalds para poder empezar a creer en algo y comer comida que nazca de la tierra y no de los vientres mecánicos de la sociedad prostituta y ciega de egocentrismo. Quiero comerme los cuadros de picasso y beberme los anuncios de Coca-cola, quiero conducir los coches de los escaparates, volar en aviones de papel, follarme a las mentes, escribir constituciones constitucionales, menos gordos y más delgados engordándose, leer libros escritos y no dibujados, quiero salir a la calle y dejar de comprar sonrisas y abrazos…

Estoy loco, como una puta cabra, estoy como las mierdas, pero no más loco que el que pega a un hijo, que el que se come una vaca, que el que se va cenar ostras, o el que lleva diamantes de sangre, que el espera al fin de semana una y otra vez para golpearse la cabeza con el mazo del olvido, que el que se pone un uniforme para poder matar a gusto, o el que inventó los uniformes para llenarse la cartera sin mancharse las manos de sangre, no estoy mas loco que el que pide a los demás que den lo que ellos nunca dan, los que son racistas y cortan la carne con cuchillos de china, los que piden más seguridad porque hay robos de gente que muere de hambre, que los hombre blancos con un pasado muy negro, que los locos que llaman a otro locos, que los que gritan a la televisión sentados en sillones de cuero y trajes de lino, no más loco que los que se quejan por cómo van las cosas por inercia y no por preocupación, no más loco que el que mira y solo ve, ni el que se ríe de los que proclaman la paz y admiran la fuerza de los puñetazos de amigos…

Que agradable locura la mía! Ojala que nunca me de por la locura de querer estar cuerdo. Buda, Jesucristo, Alá, Obama, Napoleón, Papá, Mamá… nada, nada, que ya lo intentaré yo, seguir con lo vuestro…

Que agradable locura la mía! Me da la risa y a la vez se me saltan las lágrimas y me pone furioso la gente que alguna vez en la vida no se vuelve loca, como los niños que gritan, corren, hacen caras, pintan, cantan, bailan. Quién se llevó a los niños y nos devolvió estos seres despreciables que somos? Fuiste tú Dios? Quieres decir que hacerse mayor significa hacerse almeja que se cierra y abre a su antojo?
Que bueno sería que a todo el mundo le diera por volverse niño, o aún mejor, que naceríamos adultos y los más mayores, los gobiernos, padres y religiones se empeñaran por volvernos niños según vamos creciendo. Caos? No más que en el que ahora estamos, no más profundo que este agujero negro que nos absorbe hasta las entrañas como el puñetazo de un boxeador que nos aturde y nos deja pensando que especie somos: planta? Animal? Ser humano? Que es eso?
Necesitaba estar solo, necesitaba una mañana así, en silencio, la casa vacía, una mañana así, aquí en la cama medio desnudo escribiéndome una carta como ésta… (Suspiro) Hayyyyyy… Bendita locura…