"Cuando uno viaja, siente de una manera muy práctica el acto de renacer. Se está frente a situaciones nuevas, el dia pasa más lentamente y la mayoría de las veces no se comprende ni el idioma que hablan las personas. Exactamente como una criatura que acaba de salir del vientre materno. Con esto, se concede muchas más importancia a las cosas que nos rodean, porque de ellas depende nuestra propia supervivencia. Uno pasa a ser más accesible a las personas, porque ellas podrán ayudarnos en situaciones difíciles. Y recibe con gran alegría cualquier pequeño favor de los dioses, como si eso fuese un episodio para ser recordado el resto de la vida.
Al mismo tiempo, como todas estas cosas son para nosotros una novedad, uno ve en ellas solamente lo bello y se siente más feliz por estar vivo..." (Paulo Coelho)

viernes, 13 de diciembre de 2013

"India..."

Como un gran escritor dijo una vez embriagado de ron: “…Esto es un barrizal de codicia…” (Y del Fango surge la flor de loto…) Podría de alguna manera explicar lo que es este país.  Pero sería también como si alguien que ha perdido la vida explicara lo que debe ser el acto de morir. Es tan intenso, surrealista y subjetivo el sentimiento que te provoca, que te volverías completamente loco intentando buscar una palabra, una frase o un puto texto de mil palabras que pudiera acercarse a la idea de que un lugar así exista sobre la tierra.

Te remueve tanto que hay veces que crees de verdad que estas perdiendo la cabeza. Es un planeta esquizoide de seres humanos que sobreviven como zombies que se alimentan de otros. El silencio solo se encuentra a miles de metros de altura. No se duerme, ni se come, ni se bebe. No hay espacio para nadie e incompresiblemente todos encuentran un lugar. Es un perro moribundo, una bombilla fundida, unos ojos negros sobre niebla ocre, es la sociedad en carne viva, es una dentadura roja y sangrante, es un dominó humano de supervivencia… Suena como el infierno sobre la tierra y muchas veces hasta yo me pregunto que mierda hago aquí. Pero nunca en mi vida, y en ningún otro sitio, he visto un lugar, o lugares (fuera de las fronteras políticas), porque este es un país de países, que como túneles del tiempo en pocas horas te llevan a otra obra de actores irreconocibles, lenguas ininteligibles, historias irrepresentables, y un sin fin de colores, sabores y sonidos de agitan el alma de la cabeza a los pies. No puedes otra cosa que abrir los ojos en su máximo exponente y dejarte cautivar, dejarte llevar en una marea de situaciones absurdas e imágenes Kafkianas.  Es la belleza más oscura.

Nunca me fue tan difícil diferenciar entre lo que es real o no, la verdad y la mentira, lo falso y lo auténtico, lo bueno y lo malo… ¿Qué es? Intentar explicárselo es como nacer hacia adentro, hacia las profundidades de la nada. Nada es, funciona de esta manera, y sin embargo, es un mecanismo oxidado, viejo y moribundo que funciona y se renueva sin ayuda de nadie, como si el propio caos tuviera la facultad de reinventarse y progresar. A pasos de gigante arrasa con toda lógica y se abre paso a un mundo que nada tiene que ver con las raíces de su árbol sagrado.

¿Como hizo aquel Dios llamado Ghandi para llegar a organizar este mosaico infinito de realidades? El mérito es verdaderamente insuperable. Creo que hasta el anarquista más radical soñaría aquí a veces con cierto orden hipócrita y mentiroso, con un suspiro de tranquilidad para poder creérselo.

 “Nadie llega a conocerse a sí mismo hasta que no viajas a la India…” Dijo Boyle. Y aunque a veces, mientras subes a lo más alto de la montaña y crees que empiezas a entender algo, llegas a la cima y ves abrirse al horizonte las costillas punzantes del esqueleto de la tierra. Y para todo amante de la mochila cosida a la espalda no hay otro lugar sobre la tierra que te exponga de maneras más diferentes y reiteradas tus límites físicos, sicológicos y espirituales. Y por eso la amas, y como amas, la odias y es tan frágil la línea que desequilibra tu ser y creces a cada paso, con cada persona y la sabiduría de la realidad que no tiene telón ni descanso.

 No pienses, ni pidas explicaciones occidentales porque la respuesta tiene otra boca diferente que sonríe del otro lado del espejo. Pero que nadie se confunda, esto son solo palabras, palabras dictadas desde la pura ignorancia buscando lógica entre tanto desconcierto, quizás la manera que tiene uno de desahogarse, una llamada al insaciable buscador que intenta contar a que saben los cuentos…


…Desde India con amor…

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